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’Sacamos $10 millones, no quisimos acompañamiento de la Policía y terminamos atracados por fleteros’

 
Diego Rojas y Ramiro Sánchez* narran cómo fueron robados al salir de un Banco en Bogotá.

Pasaba el mediodía del sábado 26 de septiembre, cuando Diego Rojas y Ramiro Sánchez* ingresaron a un banco en el centro comercial Hayuelos, en Bogotá.

"Mi amigo diligenciaba el comprobante del cheque. En ese momento un individuo se acercó a preguntar sobre los recibos de consignación. Uno ahí no desconfía, pero ya haciendo el recuento de toda la situación, piensa que desde ese instante pudo darse la oportunidad para los delincuentes", relató Rojas.

Al llegar frente al cajero, los dos solicitaron el retiro de 10 millones de pesos. "El cajero hizo mucho énfasis en la distribución del dinero. Lo que llamamos ’fajos’. Dijo: ’voy a darle billetes de 20 mil o de 10 mil’. Mi amigo dijo que no porque es mucho bulto. El tipo dijo de forma muy descriptiva: ’le doy 5 millones en billetes de 50 mil; 4 más en billetes de 20, en dos fajos, y le doy el millón restante en billetes de 10 mil’. Y lo repitió", dijeron, sin referirse al cajero como sospechoso.

Recibieron el dinero, lo guardaron en sus bolsillos y permanecieron en Hayuelos por varias horas.

"A las 3 de la tarde salimos. Bajamos por la avenida Ciudad de Cali, tomamos por una cuadra donde quedan varios expendios de carne frente al frigorífico San Martín. Llegamos a donde yo me quedaba y cuando me estaba despidiendo de mi amigo, los asaltantes nos cayeron por sorpresa", indicó Rojas.

Los delincuentes, cuatro en total, se desplazaban en dos motos. Uno de ellos golpeó a Rojas en repetidas oportunidades en la cabeza con el mismo revólver. Dentro del vehículo se encontraba Andrés Felipe*, de 9 años, hijo de Ramiro.

"Nos pidieron la plata, decían groserías, amenazaban con matarnos si no la entregábamos. Cuando dejé caer lo que tenía, siguieron golpeándome, pero ya cuando mi amigo entregó los otros dos ’fajos’, los tipos se subieron a las motos y arrancaron. No revisaron el carro, ellos sabían lo que había", dijeron.

Los afectados reconocen que en el banco les ofrecieron el acompañamiento de la Policía, pero lo rechazaron porque se dirigían a sitios distintos, uno de ellos fuera de la ciudad.

El dramático suceso provocó el llanto desesperado del pequeño Andrés Felipe, quien esa noche no concilió el sueño. "Incluso estamos pensando en llevarlo a un sicólogo para bajarle un poco la tensión que tiene", afirmó su padre.

Por su parte, Diego Rojas se recupera satisfactoriamente. Y aunque ambos son conscientes de que el dinero no lo podrán recuperar, dejan un mensaje. "Hay que desconfiar ante cualquier movimiento raro y sobre todo, evitar cargar efectivo en grandes sumas".

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